La década de los años 90 presenció cambios en la agenda internacional, desde el fin de la guerra fría hasta la promoción de una economía de libre mercado, la unificación de Europa y los procesos de integración regional. Se destacaron avances tecnológicos que revolucionaron los sistemas de comunicación y creció la preocupación por el cambio climático, la deforestación y la pérdida de biodiversidad. A su vez, surgieron movimientos de organizaciones sociales y de la sociedad civil en defensa de los derechos colectivos, ambientales y políticos, que abrieron nuevos espacios de participación.
En este contexto, la Cumbre de la Tierra sobre Medio Ambiente y Desarrollo celebrada en Río de Janeiro en 1992 cuestionó la efectividad del modelo de desarrollo basado en el crecimiento económico. En el marco de esta cumbre, el concepto de sostenibilidad buscó articular y equilibrar los aspectos económicos, sociales, ambientales y culturales del desarrollo. Los acuerdos y compromisos alcanzados, marcaron el inicio de un paradigma global de desarrollo centrado en la sostenibilidad. Inspirada en ellos y motivada por la necesidad de que América Latina tuviera una voz y liderazgo propios, nace la Fundación Futuro Latinoamericano (FFLA).
Nació con la convicción de que el cambio climático, la biodiversidad y la sostenibilidad no solo son temas globales, sino también locales.
La historia se escribe: La trayectoria de FFLA hasta el 2024
En sus primeros años, FFLA se embarcó en una misión crucial: ser un puente entre los acuerdos globales y las realidades locales. Después de Río 92, la Fundación facilitó importantes diálogos regionales, reuniendo a actores clave y otros organismos para construir posiciones fuertes que representaran a América Latina en las cumbres internacionales.
A medida que avanzaba, FFLA identificó líderes en la región y trabajó de la mano con ellas y ellos para convertirse en catalizadores del cambio. Entre sus logros, destaca su apoyo al proceso de diálogo multisectorial para la aprobación de la Ley Forestal en Bolivia, donde facilitó conversaciones entre gobiernos, comunidades y empresas. En Ecuador, los Diálogos de Cusín, encuentros intersectoriales para la generación de consensos alrededor de la gobernanza del país.
En el ámbito climático, FFLA apostó por la creación de alianzas estratégicas que marcaron un antes y un después. Coordinó la Plataforma Climática Latinoamericana (PCL) y la Alianza Clima y Desarrollo (CDKN), que no solo movilizaron recursos, sino que también formaron parte de la elaboración de las Contribuciones Nacionales Determinadas (NDC) en 6 países de la región, en cumplimiento del Acuerdo de París.
Con la Plataforma Andina de Fondos de Agua, FFLA ha logrado articular a 10 Fondos de Agua en Colombia, Ecuador y Perú, promoviendo una plataforma de gobernanza que busca garantizar el acceso equitativo al agua limpia y segura. Este esfuerzo se centra en la protección de los ecosistemas altoandinos, que son la fuente de agua para más de 30 millones de habitantes en Colombia, Ecuador y Perú. En Ecuador, el Fondo de Alianzas para Ecosistemas Críticos (CEPF) ha permitido la conservación de más de 190.000/350.000 hectáreas de ecosistemas en los Andes Tropicales, trabajando mano a mano con las comunidades para asegurar la protección de su entorno.
Con más de 2,000 personas capacitadas en sus metodologías, FFLA ha transformado vidas, especialmente en zonas como la frontera norte de Ecuador, donde más de 1,000 jóvenes fueron formados como promotores de paz, contribuyendo a la cohesión social.
El “Foro Regional de Transformación de Conflictos Socioambientales” se convirtió en un espacio clave para el análisis y solución de conflictos, reuniendo a expertos, gobiernos, y comunidades para abordar retos como la minería, la energía y la descentralización. A través de este foro, FFLA ha sido testigo de cómo el diálogo y la cooperación pueden transformar realidades complejas.
A través de estos logros, FFLA ha cumplido con su objetivo fundacional– sentando las bases de un liderazgo regional en sostenibilidad.
Este camino, marcado por aprendizajes y retos, deja algunas lecciones. El desarrollo sostenible no es una meta estática, sino un proceso continuo, que se co-construye paso a paso con actores locales.
La transición hacia un desarrollo sostenible es, por naturaleza, un proceso de largo plazo que requiere la articulación de diversos aspectos: lo público con lo privado, lo global con lo local, lo urbano con lo rural. Todo esto debe ir acompañado de una clara voluntad política y capacidades fortalecidas en cada uno de estos ámbitos.
Finalmente, se entiende que el trabajo conjunto y la integración de diferentes visiones son fundamentales para que el cambio sea posible. Solo mediante la colaboración activa entre diversos actores, en la formulación de políticas públicas y en la gestión del territorio, se puede construir un nuevo modelo de desarrollo que sea inclusivo y duradero.
Para conocer más sobre la trayectoria de 30 años de FFLA, te invitamos a visitar nuestro portal: FFLA 30 Años
El futuro
Recientemente, FFLA fue conmovida por dos testimonios del futuro del año 2050. Uno de ellos hablaba de un escenario donde “la decisión fue no decidir nada” y el otro, un futuro en el que se prioriza la atención a la crisis climática.
FFLA actúa con sentido de urgencia, para promover cambios transformacionales, decisiones oportunas e impactos concretos. Por ello, la agenda de FFLA para los próximos años es clara y ambiciosa, entre las metas contempla:
Para 2027, conservar 1 millón de hectáreas, apoyando a organizaciones de la sociedad civil y comunidades locales en tres corredores en Ecuador.
Durante los próximos cinco años, destinar más de 1.3 millones de dólares a organizaciones locales en América Latina y el Caribe, promoviendo el desarrollo liderado localmente.
Implementar el Sistema de Transparencia Climática del Ecuador en colaboración con el Ministerio de Ambiente, Agua y Transición Ecológica, para optimizar la recolección, gestión y producción de información climática de calidad que apoye la política nacional de cambio climático.
FFLA cree firmemente que las decisiones que se tomen hoy serán las que determinarán el futuro. Por eso, FFLA sigue comprometida con la acción, con la capacidad de adaptación, resiliencia y cambio.
Juntos y juntas, se construye un futuro donde las sociedades sean más inclusivas, equitativas, sostenibles y en la que los procesos regenerativos sean el eje central del cambio.
La historia se escribe hoy. El futuro es hoy.