En el marco del proyecto «Fortalecimiento en la Gestión del Área de Bosque y Vegetación Protector Moya Molón” apoyado por el Critical Ecosystem Partnership Fund (CEPF), se han implementado de forma constante metodologías participativas fundamentadas en la educación popular, con el objetivo de fomentar la sensibilización de las y los participantes en cada uno de los talleres realizados.
Una característica distintiva de estos espacios ha sido la incorporación de rituales al inicio de las jornadas. Estos rituales no sólo están vinculados a la temática de trabajo, sino que también cumplen la función de propiciar una conexión personal y colectiva. Inspirados en la tradición andina, invocan los elementos esenciales de la naturaleza como una forma de recordar el respeto, la valoración y el agradecimiento hacia la vida y sus múltiples formas.
La ritualidad ha sido clave para establecer un vínculo significativo con las comunas. A través de estos momentos, se ha agradecido la presencia y participación de las comunidades, entregando un pequeño “agrado” simbólico que refuerza el sentido de dar y recibir. Más allá del gesto, estos espacios se han transformado en oportunidades de reflexión profunda: sobre el proyecto, sobre el entorno y sobre la vida misma. Invitan a preguntarse a quiénes se está cuidando en primer lugar y cuánto tiempo se está regalando como colectivo.
A medida que el proceso ha avanzado, se ha consolidado la confianza entre las y los participantes, superando temores iniciales y abriendo paso al diálogo horizontal. En este camino, ha cobrado fuerza la voz de las mujeres, quienes han ido ocupando espacios de participación activa, haciendo escuchar sus experiencias y perspectivas con mayor firmeza y presencia.
Estos encuentros, sostenidos en la ritualidad, la palabra compartida y la educación popular, no sólo han fortalecido la participación comunitaria, sino que han sembrado una forma distinta de estar y construir juntas y juntos: con respeto, con escucha y con sentido profundo de lo que significa cuidar la vida en colectivo. Como resultado, estas prácticas han contribuido también a fortalecer el compromiso con la conservación dentro del Área de Bosque y Vegetación Protector Moya Molón, alineando el sentido colectivo con los objetivos del proyecto.